Durante muchísimo tiempo en la historia de la humanidad, y en distintas
culturas…se creyó que no había que abusar de las relaciones sexuales ni de
los juegos sexuales individuales porque se acaban las posibilidades de tener
sexo posteriormente. O sea que la creencia imperante (y en eso las distintas
religiones hicieron un importante aporte), era que había que controlarse para
no gastar las posibilidades que cada hombre tenía en su “archivo” de
posibilidades futuras.
Actualmente se sabe que esto no funciona así…y que esas creencias históricas
y ancestrales eran creencias erróneas. De hecho se sabe que la realidad
funciona de otra manera.
Las relaciones sexuales en los hombres, de alguna manera generan
testosterona lo que a su vez genera nuevo deseo sexual.
Lo más probable es que la no actividad sexual, de alguna manera promueve la
próxima inactividad sexual.
Cuando no existen motivos de enfermedades previas, ni de interacción con
ciertos medicamentos, no debería haber otros motivos para promover la baja
del deseo sexual….y sin embargo sucede con muchísima frecuencia.
Los profesionales que nos ocupamos de temas de salud, estamos trabajando
actualmente en este tema y ya hay algunas certezas que nos están llevando
por muy buen camino en la resolución de estos inconvenientes que tan
frustrantes resultan para tantas personas.

Lic. Marcelo Sitnisky
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