Fuente tuestima.com
El ser humano se caracteriza en ser social por naturaleza. Es decir, necesita relacionarse con otras personas. Pero, ¿qué pasa en mí cuando me siento solo/a?
El ser humano se caracteriza en ser social por naturaleza. Es decir, necesita relacionarse con otras personas. Pero, ¿qué pasa en mí cuando me siento solo/a?
El sentimiento de soledad y la salud emocional
Más allá de la autonomía e independencia, debemos reconocer el aporte de seguridad y bienestar que nos proveen las relaciones interpersonales. Sin duda, estos son aspectos indispensables para mantener un sano equilibrio psicológico.
El sentirnos solos/as conlleva a suponer que tenemos una red deficiente de relaciones sociales, y que las amistades que podamos tener son escasas en sí.
Entonces, ¿Qué pasa en mí cuando me siento solo/a?Cuando este sentimiento se implanta no lo hace aislado, sino que trae consigo tristeza, angustia, ansiedad e incluso miedo.
A esto se suma que, la carencia de un apoyo emocional deteriora en sobremanera nuestra autoestima. Por eso, es muy frecuente que quién se sienta solo converja en un círculo vicioso que le hace perder el interés por el día a día y por emprender nuevas actividades que quizás le ayudarían a conocer a otras personas con quienes podrían compartir afinidades.
El sentirnos solos/as conlleva a suponer que tenemos una red deficiente de relaciones sociales, y que las amistades que podamos tener son escasas en sí.
Entonces, ¿Qué pasa en mí cuando me siento solo/a?Cuando este sentimiento se implanta no lo hace aislado, sino que trae consigo tristeza, angustia, ansiedad e incluso miedo.
A esto se suma que, la carencia de un apoyo emocional deteriora en sobremanera nuestra autoestima. Por eso, es muy frecuente que quién se sienta solo converja en un círculo vicioso que le hace perder el interés por el día a día y por emprender nuevas actividades que quizás le ayudarían a conocer a otras personas con quienes podrían compartir afinidades.
El sentirse solo y su repercusión en la salud física
Si bien, en líneas anteriores conocimos algunas repercusiones en el plano psicológico, el sentimiento de soledad también se ha vinculado con un debilitamiento del sistema inmunológico. Y es que, su presencia desempeña un rol esencial en el surgimiento de enfermedades como la diabetes, la artritis y el Alzheimer.
De igual forma, numerosas investigaciones han demostrado que no contar con apoyo social, podría aumenta de manera significativa la mortalidad ante diferentes enfermedades. A la vez que, el hecho que estas personas cuenten con una red social de apoyo (llámense amigos o familiares), se relaciona a una recuperación más rápida ante intervenciones quirúrgicas u otras patologías.
De igual forma, numerosas investigaciones han demostrado que no contar con apoyo social, podría aumenta de manera significativa la mortalidad ante diferentes enfermedades. A la vez que, el hecho que estas personas cuenten con una red social de apoyo (llámense amigos o familiares), se relaciona a una recuperación más rápida ante intervenciones quirúrgicas u otras patologías.
Vivir la soledad en positivo
1.- La soledad también se puede disfrutar, al permitirnos tener más tiempo para nosotros, ofreciéndonos la oportunidad de redescubrirnos y un espacio para cambiar los objetivos que tenemos en la vida.
2.- Podemos invertir una parte de nuestro tiempo en establecer relaciones con nuevas personas. Iniciar o retomar algún curso, actividad deportiva o artística, ya que suele mejorar el estado de ánimo. Además, facilita la convivencia con quienes tenemos gustos similares.
3.- Aprender a disfrutar de nuestra propia compañía. Ir al cine, leer libros o revistas, escuchar música. Salir a caminar, ir al gimnasio. Buscar sentirnos bien con nosotros mismos. Quizás meditación o yoga.
4.- Tomar la iniciativa de entablar nuevas relaciones. Cambiar la rutina diaria, introducir pequeños cambios. Buscar intereses distintos. Determinar qué personas nos interesan, y luego elaborar una estrategia para contactarlas.
5.- Perseguir y alcanzar nuestros sueños. Cambiar nuestro estilo de vida.
6.- Aprender a gratificarte. Regálate cosas, disfruta de las cosas simples. agrade.
7.- No victimizarte. Aunque el mundo resulta en ocasiones cruel, seguramente hay muchas personas que desean conocer a alguien como tú.
2.- Podemos invertir una parte de nuestro tiempo en establecer relaciones con nuevas personas. Iniciar o retomar algún curso, actividad deportiva o artística, ya que suele mejorar el estado de ánimo. Además, facilita la convivencia con quienes tenemos gustos similares.
3.- Aprender a disfrutar de nuestra propia compañía. Ir al cine, leer libros o revistas, escuchar música. Salir a caminar, ir al gimnasio. Buscar sentirnos bien con nosotros mismos. Quizás meditación o yoga.
4.- Tomar la iniciativa de entablar nuevas relaciones. Cambiar la rutina diaria, introducir pequeños cambios. Buscar intereses distintos. Determinar qué personas nos interesan, y luego elaborar una estrategia para contactarlas.
5.- Perseguir y alcanzar nuestros sueños. Cambiar nuestro estilo de vida.
6.- Aprender a gratificarte. Regálate cosas, disfruta de las cosas simples. agrade.
7.- No victimizarte. Aunque el mundo resulta en ocasiones cruel, seguramente hay muchas personas que desean conocer a alguien como tú.
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